Foto grupo

Foto grupo

martes, 17 de diciembre de 2019

XMAS TIME










Aunque parezca mentira ya tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina. Y a pesar de que debo reconocer que casi soy primo del Grinch, también quiero dejar clarinete que paso el año deseando que llegue esta cita. No sé si será por los polvorones, el turrón, o el espumoso… Quizá sean los virtuosos acordes del ‘tamborilerdo’ fugados de las gargantas de los chavales de la escolanía de Perogordo… (Vistos los resultados en forma de borrasca con nombre propio la interpretación sólo puede calificarse como “soberbia”); Puede que se trate de esa ruta “suave y sencilla” que cada año nos lleva a lo alto del Cerro del Puerco… O igual se debe a los alubiones que vienen después… Lo que es seguro es que no cambiaría nada por compartir todo ello con los amigos del flow que año tras año participan de eso que hemos dado en llamar la marcha del Belén.
Si por algo destacó la edición de este año sin duda fue el agua. O más exactamente el aguaaaaaaaaaa...! Los antecedentes climatológicos ya pusieron sobre aviso de lo que habríamos de encontrar el sábado pasado. (Eso, y cierto whatsapp anunciando la necesidad de portar ‘katiuskas’ para la excursión…ja,ja).
Partimos puntuales de Segovia con cierta amenaza de lluvia que obligó a hacer recuento de chubasqueros. Y mientras engordamos el grupo a medida que le ganamos kilómetros al carril bici, parece más evidente que no toca mojarnos. O eso creíamos nosotros… Antes de llegar a Valsaín sometimos a examen al goretex en las profundidades del arroyo de la Chorranca. (Aviso a navegantes: es muy bueno para no dejar que entre el agua, pero aún mejor para no permitirle salir. No digo más…) Tras cruzar las aguas nos empoderamos cosa fina, así que decidimos dar un rodeo por las trincheras de la Pinochera antes de afrontar la subida al Cerro.
Ni los pedrolos, ni el barrujo, ni la hierba-velcro son obstáculo suficiente. Y en un periquete nos encontramos en el alto disfrutando las viandas típicas, cantando y contando, y brindando por todas las aventuras pasadas y futuras. Pues si algo deviene esta época es el balance de lo vivido en todo el año. A fe mía positivo, a pesar de las trabas surgidas con envoltorio de Parque Nacional, y de tener que lidiar con quien lo tutela a su antojo y lo convierte en “un cortijo” del que pretende exiliarnos. Pero bueno, al fin y al cabo eso es harina de otro costal…
El camino de vuelta nos brinda un nuevo paso por las frías aguas de la Chorranca; un suave descenso hacia fuente la Plata; el puntito gracioso junto al puente del arroyo Carneros y el sendero de la fuente de la teja. Todo junto endulza nuestra ruta navideña más que el mazapán y, como cada año, hace que sigamos deseando que vuelva este tiempo de adviento. Un tiempo que los titanes aprovechamos para hacer lo que más nos gusta, a la vez que preparamos nuevos proyectos. Con esta ruta ponemos fin al calendario de este año, pero seguiremos recorriendo los caminos el que viene hasta que otra vez la Navidad nos devuelva por estos fueros. 

FELIZ NAVIDAD

viernes, 1 de noviembre de 2019

YO X TI, TU X MI









               Poco me podía imaginar bien de mañana, cuando los acordes del moñerío rosaliano nos acompañaban al tomar el camino del norte, que habrían de convertirse en el leitmotiv de esta aventura. Un año más los Señores de las Tierras Brumas habían preparado su ‘Clásica del Pincho’, cita obligada del mountainbike traspindejo.

Allende los caprichos del clima, conjurados por un jilguero con bigote metido a meteorólogo, como es costumbre dimos el pistoletazo de salida con el tradicional brindis de magdalenas. Nada más enfilar el sendero del Negredo, Álvaro no pierde la oportunidad de recoger algo de pellet para la caldera al paso por unos palos olivados con cierta mala leche. Visto que no hay consecuencias mecánicas ni óseas, seguimos camino hacia Tudela. Una de las pocas zonas que todavía no habían recibido audiencia…


Enseguida atravesamos el pueblo poniendo tierra de por medio con los coches que no volveremos a ver hasta nuestro regreso del bucle que nos espera. Empieza la fiesta...! Poco a poco le vamos ganando terreno a la primera subida del día que nos lleva arriba del Páramo. Después del ascenso tendido buscamos la cara norte para presentarnos al examen que plantea la senda de la Casasola. Casi cuatro kms de greda a punto de caramelo (una suerte de fairy de alfarería que emboza las ruedas, amén de los que van encima, formando una película arcillosa que eleva a la categoría de milagro mantenerse sobre la bici mientras se sortean pinos, repechos y bajadas, o pasos inclinados a media ladera…) Sólo unas gotas más de lluvia habrían hecho imposible esta delicatesen, retorcida hasta la extenuación y aderezada con un puntito de velocidad, de la que el gran Manu es un cheff consumado.



Llegar al cruce de caminos suma al tiempo liberación y  nostalgia, y mientras sorteamos los perdigonazos que escupe el taqueado de las cubiertas luchando por liberarse de su carga en el descenso hacia ‘El Principiante’ la añoranza de más senda crece exponencialmente. Deseo concedido: nueva dosis de pinos y más pinos, curva, contracurva, un salto, peralte a la izquierda, pino, pino, baja la tija, arriba, cambia, cambia, un tobogán, otro, otro más, repecho, pino, derecha, izquierda, aaaaarrrrjjjjjjjj…! Ahora el grip es perfecto así que lo gozamos como críos con bici nueva... Todo un chute de flow en vena, esto es MTB en estado puro..!


Y sin embargo, aún nos quedan sorpresas por descubrir. Estamos a punto de enfrentarnos al plato fuerte del día: la Mambla. Más de cien metros de desnivel en apenas un kilómetro. Subida vertical y bajada más vertical todavía. Arriba una de esas vistas acojonantes del país entero que merecen la pena. El lugar perfecto para reponer fuerzas. Enfrente nuestro la Cuchilla se yergue desafiante, aunque tendrá que esperar para otra ocasión. El ‘orvallo’ hace acto de presencia a la que Duke le pega el último mordisco a sus donuts. Es hora de poner rumbo casa.
No por ello se ha acabado lo bueno. Nada más lejos de la realidad. El regreso a Traspi ofrece nuevas dosis de diversión. La senda del Duero vuelve a recordarnos porque nos gusta tanto jugar a las bicis y sobre todo porque nos gusta jugar juntos. Ya sea aquí o allí, yo por ti y tú por mí como decía la otra…
Un breve paso junto a las bodegas que dan nombre a una ribera dedicada al vino y ya estamos listos para compartir mantel. No todo iba a ser dar pedales… El nivel de las viandas, como siempre, sólo puede rivalizar con el de los anfitriones cuya calidad humana traspasa fronteras. De la que ostentan sobre la bici únicamente pueden dar fe aquellos que tenemos la fortuna de montar a su lado.  Y por Dios que la damos!


Lo pasamos tan bien en la comida como en la ruta. Tanto que aún tengo agujetas de reírme. Y eso que soy uno de los pocos “heterosexuales puros” que quedamos…


Triky




sábado, 27 de julio de 2019

CAMINO SORIA






Puede que traer a una página de bicis los acordes de un grupo con nombre de peli de terror extrañe a más de uno. No es menos cierto que a menudo asistimos a una vertiginosa carrera vacacional por ir más lejos, por el destino más exótico, aun cuando se desconoce lo que tenemos al lado. Quizá por eso, decir que nos hemos ido a Soria de vacaciones a montar un par de rutas parezca raruno. Incluso, para muchos irse a montar en bici sea lo menos parecido a disfrutar las vacaciones…Nada más alejado de la realidad. No por casualidad ‘tipos’ de la talla de Machado o Gerardo Diego destaparon el tarro de las esencias soriano. Y claro, nosotros no íbamos a ser menos!


LAS FUENTES DEL DUERO
Lo cierto es que lo primero que sorprende de la subida al Pico de Urbión es su frondosidad. Pudimos ‘jartarnos’ con semejante verdor (no extraña que ésta sea la capital mundial del boletus), y con la densidad salvaje de la masa forestal durante los 30 kms de subida desde Vinuesa. Ahí es ná! Para que luego digan de los puertos del Tour…

A pesar de que rodamos por pistazas, o quizá precisamente por culpa de ello, la subida parece no tener fin. Subimos, subimos, subimos… y seguimos subiendo siempre tendido, pero en ningún momento alcanzamos a ver nuestro objetivo. Somos conscientes de que tenemos por delante unos 1.500 mts de desnivel positivo y al llegar al cruce que lleva a la cumbre apenas hemos cubierto la mitad. Para más inri hace un calor de mil demonios, lo que obliga a ser cautos con el racionado del agua. De hecho antes de llegar al último mirador ya le había sacado todo el jugo a mi camel.

Por el camino, entre pequeñas incidencias mecánicas y alguna que otra aventurilla para visitar los inmuebles de la zona, vamos buscando balcones a los que asomarnos. Por el alto de las tres fuentes somos testigos de un fenómeno de esos dignos de ocupar su sitio en la ‘nave del misterio’. Intrigados por el nombre de las lagunas que observamos allá abajo, de repente y sin que se tercie, ‘la voz del bosque’ no sólo resuelve nuestras dudas y nos indica cómo se llaman; también cuánto nos queda hasta la cumbre. Incluso nos desafía a subir montados “si hay pelotas”. Y que “le mandemos una foto cuando estemos arriba…”  No diré más, y dudo que se debiera al mal de altura, pero en todo el tiempo que mantuvimos conversación al borde del abismo no fuimos capaces de ver absolutamente a nadie a nuestro alrededor. A menos que los pinos de aquellas latitudes hagan labores de guía turístico con acento autóctono. Lo que pasa en el Urbión, se queda en el Urbión…

Los últimos 4 ó 5 kms son más una venganza que un camino. Poco a poco va minando las fuerzas hasta la casi extenuación, pero la cercanía de la meta obliga a un último esfuerzo y merece la pena. Desde aquí arriba se ve todo el país… Siendo domingo nos encontramos con algún que otro caminante descreído que necesita ‘meter su mano en la llaga de nuestras bicis’ para aceptar que se puede llegar allí montado. No os digo nada de sus caras al vernos remontar desde el nacimiento del Duero a los pies del pico… Claro que más expresivas aún eran las nuestras… Por el velcro, sorteando piedras en un rampón del 20%. Vamos, pa’bernos matao!

Lo bueno de subir tanto es que en algún momento toca bajar. Y bajamos, y bajamos… Por el camino aún tuvimos tiempo para ver el refugio del Muchachón en el desvío hacia Covaleda, y de rendir honores ante el Pino Rey. Y bajamos, y bajamos… Y después de llegar de los cielos aparecimos en Molinos de Duero para circunvalar el embalse de la Cuerda por un tramo de ardiente asfalto. Seis horas después, por fin en casa: ASEUNIV.














CAÑON DEL RÍO LOBOS
Por si sola semejante hazaña bien hubiera valido la pena. Pero claro está que sarna con gusto no pica… Así que al día siguiente pusimos rumbo a Ucero donde exploramos el Cañón del río Lobos de cabo a rabo.
Desde el minuto uno nos damos cuenta de que lo vamos a gozar a lo grande… Y acertamos! Más de 20 kms de senderos y más senderos; toboganes; vadeos varios con chapoteo incluido; algún puente, pasos estrechíííítos, taludes julianos, y mucha, mucha diversión convierten a este lugar en un auténtico parque temático para los amantes del MTB. Algo así como un lugar de peregrinación al que todo aquel a quien le gusta jugar a las bicis debería visitar.
Hontoria del Pinar nos recibe con una bofetada de realidad en forma de bochorno. Es como si hubiéramos permanecido aislados en una cápsula ajenos a lo que ocurría fuera. Y lo que ocurría, además del calor, era el viento. Siempre en contra, por supuesto. Más allá de la protección de las paredes del cañón la ruta nos guía en dirección a San Leonardo de Yagüe. Al principio en paralelo a la vía verde, luego gira a la derecha en busca del pueblo de Arganza, y remonta poco a poco hasta alcanzar la carretera de Casarejos.

Cuando creíamos que se había acabado lo bueno nos damos de bruces con la guinda del pastel. Cinco kilómetros de flow encajados en un desfiladero que desciende en perpendicular al cañón y que nos devuelve a él pasando por los Covachos Someros. La caña! Seguir a un galgo como Manu por este terreno cuando se está gustando obliga a echar el resto. Un auténtico crack!! (Aunque como todos los genios tiene sus ‘cosas’, ja,ja,ja…)


De vuelta al fondo del cañón disfrutamos una nueva oportunidad de repetir nuestros primeros pasos hasta el punto de inicio. Lo siguiente fue  compartir viandas y anécdotas antes de dar por finalizada una estupenda excursión por tierras sorianas con nuestro particular restyling a la ‘Ruta de los Templarios’. “Un finde buenón” en palabras del maestro que ha servido al propósito de concluir un sueño perseguido desde hace un par de años. Y que desde luego nos ha elevado de categoría; hemos sido armados Caballeros.

lunes, 3 de junio de 2019

MASTER BIKE










Bienvenidos una semana más a los estudios centrales de ‘MASTER BIKE’, donde un grupo de elegidos entre miles de aspirantes tendrán la oportunidad de demostrar su valía sobre las dos ruedas. En esta ocasión la prueba de exteriores tendrá lugar en el incomparable marco que los Montes de Valsaín conforman en la Sierra de Segovia
Así, y con el  telón de fondo del recién publicado PRUG (de un  mal llamado Parque Nacional), daba comienzo la que desgraciadamente a la postre puede ser  última actividad oficial por estas tierras.



Nos proponíamos mejorar la anterior entrega de las afamadas ‘Valsaín Xtreme’  (que alguno se había perdido) con una edición ‘Deluxe’, en la que los participantes tendrían que superarse a sí mismos tanto en lo físico como en lo técnico para lograr el ansiado Título de Master Bike. Y a buena fe que lo dieron absolutamente todo. Literalmente se dejaron la piel en ello…

Lo inusual de la fecha para  esta convocatoria hizo que la salida, otrora en el área recreativa Boca del Asno, se fijara en La Pradera. Desde allí hasta el chozo de Majada Hambrienta, nuestro objetivo final, hay un buen trecho de subida que pondría a prueba las cualidades para la escalada. Sí, sí escalada, pero con arnés y cuerdas, y todo eso… Porque la subida de las Carboneras es de esas que en vez de automáticos, necesitas unos pies de gato…

Menos mal que primero habíamos dado una vuelta de reconocimiento por las pesquerías, que siempre cumple la doble función compresión/descompresión, a la par que regala a los sentidos cosa fina.  Parece mentira que en tan poca distancia puedan suceder tantas cosas, pero antes de llegar a ‘lo gordo’ alguno ya se había bajado de la bici a su manera…  Creo que no me equivoco si digo que José  Antonio ha batido todos los KOM con apenas  200 mts desde la salida, sobre un mullido colchón de ortigas…
Algo más tardó Pablo en despuntar.  El primer desvío de bajada al río le pilló atrás y no vio cómo dábamos la intermitencia…  Sólo una pequeña anécdota, aunque más adelante volvería a convertirse en protagonista…  En el muro de las Carboneras clamaba por una bajada que cuando por fin llegó (y debido a una avería en sus frenos), convirtió su ruta en un particular duatlón. Un auténtico crack!!!




Como no podía ser de otra manera, el almuerzo en la Majada resultó de lo más gratificante. Extraña gente ésta que  sube allende las nubes para comerse un plátano… ja,ja,ja…  Algo sólo al alcance de las entendederas de unos pocos ‘locos’ que empeñamos nuestra pasión por mantener viva una afición contra las adversidades,  incluso, y es lo más grave, aunque provengan de los organismos oficiales.
Metidos en harina, pudimos dar rienda suelta al flow que todos llevamos dentro por la bajada del arroyo Cañón. No imaginábamos que poco después, en el tramo más sencillo, vendría el percance serio de la jornada: la caída de Nany.
 Maldito sea el responsable de sembrar de zanjas los pocos caminos por los que nos dejan transitar. A poco que la administración, tan diligente para otras cosas, se esforzase lo mínimo por garantizar nuestra seguridad buscaría otros métodos para evacuar el agua. Que haberlos, haylos! (Que tomen nota de las actuaciones practicadas en el Parque Natural de las Hoces del Riaza, sin ir más lejos). Sirva este alegato como denuncia de algo que todos los que montamos hemos sufrido en alguna ocasión. Como no pongan remedio y hagan mejor las cosas no hará falta que prohíban las bicis por la sierra, porque no quedará quien se suba a una.
Afortunadamente, la gadgetomochila (dícese de la mágica joroba bikera que a modo de chistera lo mismo surte de una multiherramienta, una cámara de repuesto, o una vuelta de chorizo…) venía provista de botiquín, y pudimos hacer una primera cura. Nany, que es una Titana de tomo y lomo, terminó la ruta y comunica que se encuentra bien. Dolorida, con unos puntos de sutura, y un par de pinchazos de esos contra el tétanos… Mucho ánimo! Recupérate pronto que tenemos pendiente hacer la ‘Conan’.
Después del incidente junto a la fte. Del Chotete aún quedaba pasar por lugares emblemáticos como el Rincón del Abuelo, el Esquinazo, o la bajada de fte. Infantes. Todo ello (más allá de las peripecias mecánicas, o la moda underwear…) para abrir apetito y compartir una buena paella en mejor compañía. Como he dicho antes, son las cosas de estos bikers que están locos…


Por cierto, todos ellos se hicieron acreedores al Título por méritos propios. Gracias maestros!!



lunes, 31 de diciembre de 2018

UNA CITA CON LA HISTORIA







En la vida de cualquier biker hay momentos que marcan... Para algunos conseguir un ‘KOM’ lo es todo; en general todos disfrutamos al lograr esa subida imposible sin poner pie; y por supuesto no hay nada igual que la primera vez que notas el ‘flow’ corriendo por tus venas; ese diablillo que nos tienta una y otra vez… Sin embargo, sé por experiencia que si algo supone un punto de inflexión es, sin duda, una caída seria. Las heridas del cuerpo acaban por curar, pero a veces las de la mente se aberronchan imponiendo un límite invisible difícil de superar.

    

   


Este año, en el que he visto a buenos amigos/as forzados a bajarse temporalmente de sus monturas, reconforta verles igualmente capaces de volver por sus fueros. Así, una ruta súbitamente interrumpida obliga de facto a ser completada. Dicho y hecho.
          
  

Luis, excelente maestro de ceremonias, puso los medios para que el año no terminase con un ‘debe’ en la cuenta de resultados de las rutas imprescindibles del calendario Titánico. Y desde luego Las Navas del Marqués lo es por derecho propio.
         
   A primera hora parecía como si los Pucelanos, dueños y señores de las nieblas perpetuas, se hubieran traído una buena ración metida en la tartera. Menos mal que la primera vista, desde el coche,  del puerto de la Lancha nos descubriría un precioso mar de nubes y un cielo completamente despejado en sobre Las Navas. Perfecto!! A Montar…
            Esta vez nos ahorramos la visita turística al Castillo de Magalia, y tras dar los buenos días a sendos ‘personal trainers’ un tanto peludos al paso por el polígono industrial, nos encaminamos hacia el punto fatídico donde lo dejamos pendiente en agosto. En aquel entonces no pudimos disfrutar de la divertidísima bajada a la estación repleta de bumpies hasta los topes.
         
  
Un túnel estrechiiiiiiiiito bajo la carretera y más adelante nos plantamos en Navalperal de Pinares con su embalse, que dejamos a un lado para seguir la ruta de Casasola y comenzar la ascensión a los molinos. Claro que para llegar hasta allí arriba tendríamos por delante una buena peonada… ja,ja.         

          En el segundo paso del día por el alto cruzamos nuestro camino con una grupetta de carreteros. Pobrecillos!! Condenados a ir por el duro asfalto habiendo mullidas praderas dispuestas a recibirnos con los brazos abiertos… Más verde imposible al atravesar EspinoPolo hasta el Pilón de los Trampales; una corrida improvisada por medio de un rebaño de vacas; giro a la derecha, y hala! Para abajo a Las Navas como si no hubiera un mañana…


             Aunque antes de terminar la ruta haríamos frente a inhóspitos océanos de hojas, y a una pequeña tournée por el pueblo (todo sea por acabar cuesta abajo que si no Fausto se enfada…), conseguimos con creces el objetivo que nos habíamos marcado. Nos debíamos a nosotros mismos esta expedición, y hemos cumplido.      



Triky