Dudo mucho que Chaning se imaginase el otro día cuando le entró la vena 'revival' que los míticos 'mustang' sirvieran de banda sonora de una de nuestras salidas.... Menuda inspiración....!!
La verdad es que comenzamos la ruta con una buena dosis del mejor humor. Algo que se me antoja imprescindible cuando se tiene por delante un coloso como el que nos propusimos abatir. Supongo que mientras ascendíamos al son de "lo jóvenes que eramos..." el ánimo le ganaba la batalla a todo lo demás. Mejor no pensar en los 85 kms y más de 2.000 mts de desnivel positivo.... No os parece mucho mejor cantar...?
El día empezó con un sentido homenaje a todos esos señores del tiempo que habían hablado magníficos cielos azules y subida generalizada de temperaturas... Que no es que no les faltara tino en su pronóstico, sólo algo de retardo en la predicción.
Joder que frio!! Y si no que le pregunten a Duke cómo llegó al inicio del Camino Viejo del Paular....
Después de eso, la ropa empezaría a sobrar por todas partes....
Al llegar a la primera 'chincheta', parada obligada a reponer fuerzas y a estudiar la bajada que tenemos por delante: El Camino del agua. Tras un rato de asfalto (interminable), llegamos al desvío. Hacemos las dos primeras zetas y dejamos atrás a un grupo de senderistas que no salen de su estupor mientras les adelantamos. Enseguida alcanzamos una mágnifica pista que transcurrre por el fondo del valle junto al río y que supera ampliamente nuestras expectativas sobre el camino...
La llegada al monumento del Guarda Forestal vuelve a sorprendernos gratamente. Estamos justo detrás de Peñalara (en la 'sierra madrileña...'). Ante nuestros ojos se abre todo el valle del Lozoya, y por primera vez tomamos conciencia de lo que nos espera... Allá, a lo lejos, detrás del collado que ya no se ve... Allí es donde tenemos que subir... Un poco más y llegamos a Murcia....
Tenemos lo que veníamos a buscar, así que cuanto antes, mejor!
Puerto laaaaaaargo, pero largo, largo.... Sin embargo, vamos por una autopista excelente así que piano piano si arriva lontano... A medida que ganamos altitud encontramos una nueva alegría para la vista. Cada curva esconde un bonito rincón, después de un repecho se dibujan nuevos horizontes... Casi arriba moruchas y retintas nos obligan a sacar el capote, justo donde el camino se torna más interesante.
Pero llegar a Malangosto significa tener al gigante casi vencido... casi!! Desde aquí sólo nos falta un pedregoso descenso y crestear La Atalaya, claro. No es que lo hubiésemos olvidado, pero la subidita desde el valle del Cambrones pone la guinda al pastel.
Ya vemos el final de la ruta. La cita con Santa Cerveza bendita hace que incluso la bajada desde la antena se haga larga...
Un tramo de Cañada y por fin!! Los 'viejunos' han derrotado a Goliat, jamás fuimos tan jovenes....
Aquí tenéis el enlace del vídeo de la ruta: