El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama tendrá la próxima primavera toda una red señalizada de rutas para conocer este espacio natural en bicicleta de montaña. Se ha diseñado un entramado de 21 rutas que suman 368 kilómetros lineales y que permiten conocer este espacio natural de máxima protección minimizando el impacto y haciendo compatible su conservación.
El entramado tendrá un sistema de señalización internacional y estará estructurado en torno a tres ejes: Valle de la Fuenfría, Manzanares y Puente del Perdón. La región cuenta con casi 1.800 vías pecuarias que atraviesan el 95% de los municipios y suman 4.104 kilómetros. La bicicleta es silenciosa, por lo que no molesta a la fauna y en un corto recorrido, permite llegar al corazón del Parque. Sin embargo, dada la verticalidad de sus laderas, está reservada para los mejor preparados físicamente.
La cercanía de la Sierra, a poco más de 30 minutos, hace que este espacio sea muy atractivo para los aficionados a la bicicleta de montaña. Su uso está sujeto a ciertas normas para la conservación de la zona: se debe realizar preferentemente por pistas, caminos o vías pecuarias con anchura superior a 3 metros, pues la acción de las ruedas, sobre todo en las frenadas, deteriora la estructura del suelo y provoca fenómenos erosivos ligados a la escorrentía superficial de las aguas de lluvia.
Normas de uso de la bicicleta de montaña No se puede circular por las zonas más sensibles del Parque ya que, si en general recuperar la estructura de suelo es complejo en cualquier lugar, en una zona de alta montaña lo es más. En la Zona Periférica de Protección y en el Área de Influencia Socioeconómica se amplía enormemente la red de caminos ciclables. Además, sus pendientes los hacen aptos para todos los públicos, como la ruta que discurre paralela al embalse del Lozoya y que une El Cuadrón con Rascafría.
Tanto en las vías del interior del Parque Nacional como en las de su zona periférica, la práctica del ciclismo debe permitir visitarlo de una forma segura. La velocidad de las bicicletas, sobre todo en las bajadas, no debe suponer un riesgo para los viandantes ni para los propios ciclistas. En el descenso, el ciclista se puede encontrar con excursionistas, ganado e incluso con vehículos, por lo que debe extremar la precaución. Además, senderistas y caballistas tienen prioridad de paso frente a las bicicletas.
Las rutas van desde Somosierra a los pinares de Guadarrama en el entorno de La Jarosa, con dificultades dispares. Suman 368 kilómetros lineales, de los que 74 están dentro del Parque, 185 en la Zona Periférica de Protección y 108 en el Área de Influencia. Los técnicos regionales trabajan ya en su señalización mediante el sistema internacional IMBA, lo que supone que dicha ruta cumple con unos estándares de calidad, unos requisitos fundamentales de seguridad y unos servicios mínimos vinculados a la ruta (puntos de agua, cartelería explicativa, aparcamiento adecuado en su punto de inicio, etcétera).
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