Birger Sörensen. Ese es el nombre del insigne hijo de Escandinavia que hacia finales del s. XIX, cuando por aquí no sabíamos qué narices era eso del deporte, se empeñó en en que un puñado de españolitos aprendieran a esquiar. Para ello tenía los medios (utilizó su propia fábrica de maderas para crear los primeros esquís que se vieron por estas tierras); y supo encontrar el lugar idoneo: un sendero desde el Alto de Guarramillas en dirección norte hacia el puerto de Cotos repleto de nieve en invierno. Sirva este post como homenaje a aquel guiri que abrió un camino por el que hoy algunos transitamos...
Hacía tiempo que me venía rondando la cabeza la idea de una ruta que incluyera la mítica subida a La Bola. Dado que es algo que uno hace una vez al año, y puestos a decir que no quería repetir la bajada por las pistas de Valdesquí, me pareció oportuno buscar un camino alternativo de bajada que, además, faltaba en mi lista....
La subida hasta La Fuenfría la hice a tren con un amigo de 'Super-Carlos' (ese tío es un mito), que no paró de contarme las idas y venidas del crack. Tras reponer fuerzas
en el puerto, nos separamos y me encamino hacia la Senda de los Cospes. El camino Schmidt se muestra tan jugetón como de costumbre (más si cabe, al hacerlo de subida) hasta que por fin me planto ante el gran reto del día: la ascensión a La Bola...
Prefiero no pensarlo mucho. Así que ataco con decisión la primera rampa. Llega la primera sorpresa. Han cambiado la pertiga que controla el tráfico rodado y ahora hay una bonita puerta de acceso 'peatonal'. Resultado: pie a tierra. Menuda putada tener que arrancar en mitad de una rampita del 20%, suerte que el hormigón está de mi parte...
Poco a poco voy ganando metros de altitud y, mientras dejo abajo el puerto de Navacerrada, un pensamiento asalta mi cabeza: en qué hora se me ocurrió volver a venir aquí..? Sin embargo, el anhelo de una magnífica recompensa visual me acerca hasta alcanzar la cumbre. 2257 metros. Ahí es ná!!
A pesar del esfuerzo el desafío de hoy no ha terminado. Dicen que no hay subida grande sin bajada digna... y doy fé de ello.
Apenas un momento de tregua me pone en el inicio del descenso.El amigo Sörensen debió de quedarse bien a gusto poniendo todas esas piedras desparramadas... Claro! como él venía cuando están tapaditas...
La dureza del sendero en su inicio, junto a las lindes de la estación de esquí, deja paso a una zona menos lunar donde recupero el resuello y suelto la tensión acumulada. Es el momento de admirar el skyline, de dar gracias por poder disfrutar de lugares como este.
El impás será apenas un espejismo de camino a Cotos. Cuando crees que se ha acabado lo díficil aparecen millones de nuevas piedras que te recuerdan donde estás. El desnivel no es grande pero cuesta mantenerse sobre la bici....
Por fin Cotos a la vista... Es la primera vez que una bajada se me hace larga....
Pero ésta no es la meta. Aún resta algo más de una hora de viaje por el Camino viejo del Paular y la vuelta al ruedo hasta casa...
A cualquiera que le digas que has hecho una ruta de 60 kms no le parecerá gran cosa.... Si le cuentas que acumulaste más de 1600 mts de desnivel positivo, seguro que presta atención.... Cuando le expliques que lo técnico del terreno y el porcentaje de las rampas subidas no te dejaron alcanzar 13 km/h de media, apuesto a que le cambia la cara....
Si a pesar de todo sigue pareciéndole poco, sólo quedará una opción: pasarle el track. Hay etapas que únicamente pueden ser vividas en primera persona.
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