Foto grupo

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miércoles, 8 de octubre de 2014

ENTRE ACEBOS Y SABINAS

A menudo oímos, entre los que frecuentamos el campo así como entre los que no lo hacen, que el otoño es una de las estaciones preferidas. No sólo por la bondad que el clima aún nos otorga sino, sobre todo, por el surtido de colores que ofrece.
Movidos por este espíritu, y aún sabiendo que todavía es temprano para semejante regalo, fuimos un par de pedales hasta Pradena. 
La ruta comienza a lo bruto. Casi sin calentar la cosa se pone para arriba y casi toca dar las gracias en la inevitable parada para pasar una finca guardada por un millón de vacas...


Delante de nosotros aparece el reto que hoy toca superar.... Subir a la cuerda (1800 mts) parece labor una nueva labor de titanes. Sin embargo, el bonito sendero que nos conduce entre los acebos abarrotados de su rojo fruto nos hace ganar altura poco a poco sin apenas darnos cuenta



Dejamos atrás el sendero y conectamos con la amplia pista que lleva al puerto. El pueblo ya queda a vista de pájaro, y aún nos falta un buen trozo de subida...






Disfrutando el paisaje y la charleta nos plantamos en lo alto del puerto. Sometemos a votación el itinerario a tomar desde aquí, y democráticamente decidimos tomar el más jodío!! Alguien lo dudaba?? ja, ja....



La opción más light era buscar la Horizontal pasando a "la sierra de Madrid". Nosotros tomamos el PR-34 (Cañada de la cuerda) que sigue la linea de cumbres y que recompensa ampliamente con espectaculares vistas los pequeños repechos repletos de borrillos que debemos superar.
Alcanzado el vértice geodésico de Peña Quemada ya es coser y cantar...








Todo lo que se sube se tiene que bajar.... (ojo! no al revés...) 
Así que emprendemos un rápido descenso entre pinos que nos abre la puerta de la cantera de Arcones. Bendita suspensión!! Sé de uno que casi se queda sin las gafas con tanto traqueteo.... jjjjjjj

Los chavalotes del bar Pepi nos jalean al paso  abajo en el pueblo mientras buscamos la última parte de la ruta. Las ruedas gordas nos guían ahora por una preciosa senda junto al río San Juan. Sabinas y enebros jalonan el camino mientras al fondo se adivinan los álamos que en breve se pondrán su ocre disfraz...
Un diez para una ruta verdaderamente bonita y fácil.... Prometemos volver por estos lares!!


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