SUBIDON, SUBIDON

 

 

 

Dudo mucho que Duke se imaginara lo que quería decir cuando le propuse la crono-escalada de Fuente Infantes. Probablemente por eso accedió tan rápido…

 
 
 
 
 



 

Y es que, aunque la forma que tenemos los titanes de celebrar el día de Navidad más pudiera parecer labor para nuestro colega Spiderman, no llego a imaginar a semejante chavalote tirando de la bici pa’rriba de esa manera... Quién sabe, igual subiría como ese paisano con el que nos cruzamos a lomos de su flamante e-bike que parecía no haber sudado ni la cuarta parte que nosotros.

 

 

Sea como fuere, a nadie se le escapa que la subida al Chozo de Fte. Infantes es una de las más interesantes que tenemos por aquí… (5 kms sin apenas tregua con tramos del 25% aderezados con millones de piedras de todas las formas y tamaños).

Cada vez que subo allí arriba hay alguien que me pregunta: “para qué…?” Muy sencillo: todo ese esfuerzo extenuante se ve ampliamente recompensado. No sólo por lo magnífico de las vistas; sino, sobre todo, por el propio hecho de llegar hasta allí. El mountain bike, al menos según yo lo entiendo, no es tanto lo que tardas en llegar como el reto de hacerlo. Y en algo estaremos todos de acuerdo: Fte. Infantes es sin duda un gran desafío.

La idea era aprovechar la mañana de Navidad para comernos un polvorón allá en las nubes… (sólo uno, que había que dejar hueco para la comida… uffff), al tiempo que poner a prueba la nueva transmisión de mi compañera de fatigas. La experiencia no pudo ser mejor. Cómo funciona la reductora..!!!

Lo bueno de ir al monte un día tan señalado es que apenas te cruzas con nadie… Siendo nuestro destino uno de los más frecuentados de la sierra es algo a tener presente. De los primeros senderistas que encontramos dimos cuenta antes de alcanzar el Mirador de Tere. Sin embargo, más arriba seríamos nosotros quienes nos vimos superados por un montañero… Imaginaos la velocidad de crucero que llevábamos…. Ja,ja, ja….  Claro que superar el Poyo Judío le pasa factura a cualquiera….

 

Fue sólo subir y bajar, que había que estar con hora en casa. Aun así, fue el mejor regalo de Papa Noel que podíamos recibir. Nada mejor que la sensación de un objetivo conseguido. Menudo subidón!