EL 3er PEDAL: EL VELÓDROMO

La ruta por Las Navas del Marqués se ha convertido, por derecho propio, en todo un clásico del calendario Titánico. La de este año apuntaba maneras de “visita lúdico-deportiva para disfrutar…”. Semejante anuncio puso en estado de alerta a alguno que se veía poco menos que dando vueltas en un velódromo… La verdad es que desconocía si las épocas de bonanza habían dejado una instalación de este calibre en el pueblo al abrigo de los FEDER, cosas más raras se han visto… Menos mal que Luis es un chico con recursos, y, a falta de los fondos europeos, supo improvisar una vuelta de categoría con el material con que contaba. Apuesto que incluso Fausto estuvo encantado con el cambio de escenario…

Embalse de Valtravieso

Una vez satisfecha la parte ‘cultural’ al inicio de la marcha con una fugaz vista del Castillo (pasaría de humilde torre del homenaje a soberbia fortaleza en los últimos metros del recorrido), enseguida entramos en harina. Las sucesivas advertencias para calentar motores ven su explicación en la primera subida del día. Terneras a un lado y a otro del camino, y nos plantamos frente a un embalse con ciertas reminiscencias a la bañera de Manu… ja,ja,

Naturaleza en estado puro

Después de un tramo de pista franqueado por innumerables puertas ganaderas (siete para ser exactos) somos protagonistas de excepción de aquel episodio de ‘El Hombre y la Tierra’ en que una madre desesperada defiende a su ternero moribundo de los implacables buitres que esperan que éste dé su último aliento… Estremecedor!! La puta vida, que diría alguno…

El Ingeniero 'Superior'

Seguimos camino aproximándonos a la Sierra de Malagón donde nos aguarda una sorpresa. La mayoría de bikers que conozco han hecho, o han oído hablar de ‘El camino del Ingeniero’; pero cuántos saben del Ingeniero Superior??? Reconozco que lo primero que me vino a la cabeza fue la diferencia en los años de estudio entre ambos… ja,ja,ja… pero no. Se trata de una senda de esas estrechiiiiiiitas que transcurre paralela a la más famosa, y a mayor altitud. Por comparar, sería lo que una comarcal a la A-6… Suerte que el bueno de Manu, que abría camino, nos avisaba de la presencia de “algunas piedrecitas…”.

Unos 2 kms y conectamos con el camino que asciende al Collado de la Gargantilla (para el que no lo sepa, es una cuesta llena de repechos…). Pues hala! Otra vez to’pa’rriba… Durante el avituallamiento somos tentados por la pista que a nuestra izquierda conduce a Cueva Valiente, a pesar de lo cual resistimos con firmeza y optamos por la trialera que baja hacia Peguerinos. Ufff, por los pelos…. (Aún tengo grabado a fuego la última vez que subí por ahí…).

Después del descenso, y de encadenar varios senderos imposibles de repetir sin ayuda tecnológica, nos damos de bruces con el pueblo abandonado de La Lastra junto a Sta. María de la Alameda.

Ruinas de La Lastra

Parece que ‘lo gordo’ está hecho. Sin embargo, bien sabemos que debe de quedar alguna encerrona, y así es: los últimos kilómetros de vuelta atravesando el pinar son ‘toítos’ cuesta arriba (conforme a la lógica bikera, toda ruta que empieza cuesta arriba debe acabar también cuesta arriba…).

Nueva vista del Castillo de Magalia; último repecho traidor, y meta!!! Esta vez el maravilloso helado de Los Palazzo está más que justificado. Al final Luis tenía razón, la ruta ha sido para disfrutar… Nos ha encantado dar una vuelta a semejante velódromo…!