Para aquel que no lo sepa
diré que los Ajaches son una formación volcánica al sur de la isla de
Lanzarote. Con una edad estimada de once millones de años (anda que no ha
llovido…ja,ja…), llegaron a tener una altura superior a la del Teide, si bien
hoy en día no sobrepasan los 400 metros. Se extienden desde Punta Papagayo
hasta las inmediaciones de Playa Quemada y se caracterizan por un modelado
suave aunque roto por los acantilados.
Siendo uno como es, no podía desaprovechar la ocasión para
darme un garbeo por una zona tan inhóspita como espectacular. Pero claro,
sabido es que en El 3er Pedal no somos de hacer las cosas como el resto de los
mortales… Un Titán hecho y derecho no puede ir a la playa por donde todo el
mundo. Digamos que me busqué un recorrido alternativo, al tiempo que una
compañera de fatigas digna de semejante desafío…
Tengo que deciros que para recorrer una zona como es la que
nos ocupa no hay mejor vehículo que una fat. Llevaba tiempo en mi cabeza probar
una de esas ‘gorditas’ y la ocasión la pintaron calva… Alquilé un maquinón que
calzaba un 4.8”; con horquilla de suspensión y mono plato 1x10 para esta
aventurilla.
La primera sensación que
tienes cuando ves una fat es que será muy pesada y torpe; una sensación que se
desvanece en cuanto entras en su terreno. Es cierto que por asfalto cuesta
moverla (es como si fueras dando pedales sobre una apisonadora), pero cuanto
más roto está el firme mejor se desenvuelve. Así, los Ajaches son terreno
abonado para la fat. Ni que decir tiene que lo mejor de todo es poder atravesar
una playa de cabo a rabo sin poner un pie a tierra. Qué manera de
traccionar..!! Incluso en subidas, por la orilla del mar…. Una auténtica
pasada..!
Después de probarla a fondo me dirigí a Punta Limones, donde
se encuentra el faro. Por hacer un poco de paseo marítimo, como diría Duke…
ja,ja… La cara que pone la gente al ver semejante trasto es todo un poema.
Siempre que se les pase a tiempo el susto inicial de pensar que se les venía
encima un Boeing 747. (Cuando no vas off road hace un ‘ruidaco’ lo más parecido
a la turbina de un avión…)
En fin, un juguete que de buena gana me pediría a los Reyes.
Sobre todo pensando en esas etapas nevadas que gastamos por aquí… Ufffff!!
Triky