Cuenta
la leyenda que allende las tierras brumas existe un lugar donde los bikers
cabalgan como el viento sobre kilómetros de senderos sin fin. Dicen que se
encuentran subidas imposibles y bajadas verticales; saltos, banzos, toboganes
trepidantes, piedras, raíces y arenas… Diversión en proporciones bíblicas. Y
todo junto, y todo a la vez… Ese lugar existe. Yo he estado allí.
Y es
que la edición de este año de la ‘Clásica del Pincho’ ha sido, lo que diríamos,
un tope de gama. Debo reconocer que apenas podía imaginar el significado de “un
poquito más técnica” cuando Manu me habló por primera vez de la ruta. Eso sí,
ya le voy pillando el aire al chaval… ja, ja…
Empezamos,
como de costumbre, mojándole la magdalena a la ‘Dulce Rocío’. No sé qué le echan al café en este pueblo que nada
más tomarlo le entran a todo el mundo unas ganas de tirar pa’rriba que quitan
el sentido… Dicho lo cual, tiramos por
las bodegas hacia la Atalaya. No hemos hecho más que arrancar y ya surgen las
primeras desavenencias entre el track marcado y el reto que plantea una sonrisa
burlona oculta bajo cierto bigote de renombre… Ni pá ti, ni pá mí. La mitad por
cada lado, y entre tanto Duke perdido junto a una caseta de ladrillo. Gensanta!
Esto promete..!
La
travesía por el altiplano en dirección a La Parrilla es una mera anécdota. Algo
así como la calma que precede a la tormenta. Pues todo lo que habría de venir a
continuación sería chicha, y de la gorda… Puede que rodar a más de 20 kms/h no
sea gran cosa para un super-pistero, pero cuando vuelas por un singletrack más estrecho que el hilo de
un tanga la cosa gana enteros… Una curva, otra, otra más, contracurva, peralte,
subidón, subidón, cambia, un hoyo, rápido, cambia, baja tija, baja piñón, ahora
el plato, arriba otra vez, cuidado rama, un pino, otro, agacha, salta, arena,
más arena, más curvas, más subir, más bajar… Gracias todas que se repiten en un
bucle infinito.
Las
zetas de los conejos nos abren la puerta a un nuevo parque temático. Sacamos
entrada para un sube y baja por las paredes de un vertiginoso tubo con fondo
arenoso que, de puro vicio, nos parece saber a poco. Poco después, los mismos conejos
nos ven subir de vuelta a la montaña rusa en la que veníamos viajando.
Estamos
bordeando el monte de Tudela. Allá abajo el pueblo es testigo de nuestras
andanzas mientras reptamos a lo alto del páramo. Un subidón de esos que ni con
la paellera XXL... Lo metes todo, muerdes el manillar al tiempo que el sillín
pone a prueba tu virilidad, y rezas para que las piernas no exploten. El
término “inacabable” pasa a una nueva dimensión cuando el warning de la patata
lanza destellos fosforitos desde el pulsómetro y la rueda trasera se empeña en
perder grip. Por deus, cómo mola!!!
Resulta
que nos gusta tanto esto de jugar a las bicis que aún nos regalamos una
propinilla antes de coger el camino de regreso. A la voz de “qué tal andáis de
fuerzas?”, y como si no nos hubiera costado llegar ahí arriba, nos marcamos un
nuevo ‘baja y sube’ como si tal cosa y seguimos hacia el punto de partida.
Antes de llegar aún disfrutamos de unos “cortaditos pelín verticales” marca de
la casa; una uve que se salta; y, como no, las cabriolas de Christian on the
road... Oh Sensei!! A quien afortunadamente hemos recuperado para la causa
después de una buena temporada en paro forzoso.
Lo
de después también forma parte de la ruta. Hay que estar bien entrenado para dar
buena cuenta de semejantes pinchos de lechazo y de la tarta de piñón sin decir ‘esta
boca es mía’. Por si fuera poco, a los postres aguardaba un galardón para quien
suscribe que, además de llenarme de orgullo y satisfacción, me reafirma en el
propósito de seguir aportando a nuestra afición mientras el cuerpo aguante… Aquí
todo se hace a lo grande. Por algo somos Titanes..!!
No se puede explicar mejor, jajajaja. Buenísima la crónica, habrá que hacer un libro con todas las que tienes publicadas. Muchas gracias a todos venir un año mas
ResponderEliminarQ voy a decir, no hay palabras q mejor y más claramente expliquen el maravilloso día d btt q tuve el placer d disfrutar. Enhorabuena al organización, amigos/compañeros y al q aquí suscribe. Deseando una nueva aventura en vuestra compañía GARROTE!! y Chavales "Aún queda lo mejor"
ResponderEliminarSi no fuera por nombres de personas que conozco a los que se hacen mención diría que estoy ante un escrito de Miguel Delibes embriagado por las All Montain. Felicidades Champion y espero verte pronto a tope por tus parajes.
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