Foto grupo

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lunes, 31 de diciembre de 2018

UNA CITA CON LA HISTORIA







En la vida de cualquier biker hay momentos que marcan... Para algunos conseguir un ‘KOM’ lo es todo; en general todos disfrutamos al lograr esa subida imposible sin poner pie; y por supuesto no hay nada igual que la primera vez que notas el ‘flow’ corriendo por tus venas; ese diablillo que nos tienta una y otra vez… Sin embargo, sé por experiencia que si algo supone un punto de inflexión es, sin duda, una caída seria. Las heridas del cuerpo acaban por curar, pero a veces las de la mente se aberronchan imponiendo un límite invisible difícil de superar.

    

   


Este año, en el que he visto a buenos amigos/as forzados a bajarse temporalmente de sus monturas, reconforta verles igualmente capaces de volver por sus fueros. Así, una ruta súbitamente interrumpida obliga de facto a ser completada. Dicho y hecho.
          
  

Luis, excelente maestro de ceremonias, puso los medios para que el año no terminase con un ‘debe’ en la cuenta de resultados de las rutas imprescindibles del calendario Titánico. Y desde luego Las Navas del Marqués lo es por derecho propio.
         
   A primera hora parecía como si los Pucelanos, dueños y señores de las nieblas perpetuas, se hubieran traído una buena ración metida en la tartera. Menos mal que la primera vista, desde el coche,  del puerto de la Lancha nos descubriría un precioso mar de nubes y un cielo completamente despejado en sobre Las Navas. Perfecto!! A Montar…
            Esta vez nos ahorramos la visita turística al Castillo de Magalia, y tras dar los buenos días a sendos ‘personal trainers’ un tanto peludos al paso por el polígono industrial, nos encaminamos hacia el punto fatídico donde lo dejamos pendiente en agosto. En aquel entonces no pudimos disfrutar de la divertidísima bajada a la estación repleta de bumpies hasta los topes.
         
  
Un túnel estrechiiiiiiiiito bajo la carretera y más adelante nos plantamos en Navalperal de Pinares con su embalse, que dejamos a un lado para seguir la ruta de Casasola y comenzar la ascensión a los molinos. Claro que para llegar hasta allí arriba tendríamos por delante una buena peonada… ja,ja.         

          En el segundo paso del día por el alto cruzamos nuestro camino con una grupetta de carreteros. Pobrecillos!! Condenados a ir por el duro asfalto habiendo mullidas praderas dispuestas a recibirnos con los brazos abiertos… Más verde imposible al atravesar EspinoPolo hasta el Pilón de los Trampales; una corrida improvisada por medio de un rebaño de vacas; giro a la derecha, y hala! Para abajo a Las Navas como si no hubiera un mañana…


             Aunque antes de terminar la ruta haríamos frente a inhóspitos océanos de hojas, y a una pequeña tournée por el pueblo (todo sea por acabar cuesta abajo que si no Fausto se enfada…), conseguimos con creces el objetivo que nos habíamos marcado. Nos debíamos a nosotros mismos esta expedición, y hemos cumplido.      



Triky

2 comentarios:

  1. Buena forma de terminar el año, con ruta impresionante y una compañia todavía mejor que la ruta si cabe

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  2. Gracias a Luís por la ruta. Muy bonito los 15 km primeros y el prao espectacular !!!! Gran artículo Jesus. HASTA OTRA AMIGOS

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