La integral de la Mujer Muerta es una de esas clásicas que repites una vez al año y que, por desgracia, le debía al 2015. En esta ocasión, mientras esperaba a Javi en el Panorámico presencié un desfile de bikers rumbo al puerto que me llamó poderosamente la atención. Primero los Kamorcas y después los Sexmeros empezaban antes su subida hacia el Pasapán, aunque pronto esa ventaja se vería reducida fruto de sendas averías. Poco me imaginaba entonces que antes de alcanzar la cumbre sería yo el que se manchara las manos de grasa…
Genial!!! Me quedé sin freno trasero
justo antes de afrontar la bajada a los embalses, un arrastradero ya divertido
de por sí… “Ahora entiendo eso de la tija-pija” decía Javi al llegar a la
pista. Vencidos los deseos irrefrenables de la rueda trasera por pasar a la de
delante, rodeamos el Vado de las Cabras, lleno hasta los bordes, para afrontar
el segundo reto del día: Marichiva.
Curioso que todo el que sube alguna vez
por aquí diga lo mismo: “Si no fuera por las piedras…” Claro, si no fuera por
eso, no sería Marichiva… En el collado, los ánimos de quienes toman el sentido
contrario nos dan el último empujón. Como por arte de magia, hemos pasado de la
tranquilidad más quieta al bullicio más absoluto. La vertiente madrileña de la
Sierra de Segovia es lo que tiene… Huimos despavoridos de la Fuenfría Calzada
abajo como alma que lleva el diablo para sumergirnos más adelante en las
profundidades de la Acebeda. Esto es otra cosa…
Ya tenemos lo más difícil hecho. Sólo
nos queda la bajada al embalse del río Peces y recuperar terreno por la Cañada
hasta el punto de salida. Así da gusto… Reconozco que esta vez he recortado
kilómetros, aun así la ruta no ha perdido un ápice de interés. El año que viene
volveremos a montar alrededor de esta montaña. Seguiremos dando vueltas a la
Mujer Muerta.
Triky
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Esta ruta es de las que tengo en pendientes. Algún dia la meteré a la saca.
ResponderEliminar¡Buena crónica, si señor!