El día empezó, como de costumbre, cubierto de la cabeza a los pies. Sin embargo, nuestras ganas de pasar un gran día de MTB, unido a aquello de la inversión térmica, hizo que finalmente triunfaran las previsiones metereológicas para ofrecernos una mañana excepcional. Mejor incluso de lo esperado habida cuenta de que el exceso de calor en el entorno de La Pedriza es mortal de necesidad....
Pronto empezamos a trepar por las innumerables y larguísimas zetas que nos hacen ganar altura. En nuestro avance dejamos atrás el aparcamiento de Canto Cochino, lugar habitual para el comienzo de esta ruta. Excepto para los de El 3er Pedal, claro. nosotros teniamos que iniciar la andadura unos cuantos kilómetros más abajo...
Enseguida, las impresionantes vistas que ofrece el Yelmo nos hace olvidar el esfuerzo. La pista, siempre en excelentes condiciones ayuda a avanzar con buen ritmo.
Hacia el kilómetro 18 alcanzamos el primer hito de la ruta: el Collado de los Pastores.
Como no puede ser menos, hacemos un alto para admirar el paisaje y situarnos en el mapa. Además, es el momento perfecto para tomar algo pues desde aquí podemos vislumbrar lo que nos espera. Nos encontramos a unos 1800 m. de altitud, pero el camino nos hará perder más de 300 para colocarnos a los pies de la gran subida al Mirador de la Nava, nuestro próximo obetivo.
Como ya sabéis que "nosotros no preguntamos cuantas montañas hay que subir sino dónde están", rápidamente nos ponemos manos a la obra para cubrir casi 6 kms más que nos separan de la cumbre...
|
El campo en primavera |
|
Mirador de la Nava |
Desde arriba todo se ve mejor. O, al menos, más alto... Parece mentira hasta donde nos ha traido el camino. Vemos allá abajo, en la distancia el embalse de Santillana y nos parece que estuviéramos en otro mundo. Ahora pertenecemos al mundo de los 'semidioses' que habitan el Olimpo y casi rozan con los dedos los neveros que se resisten a desaparecer como muestra inequívoca de la dureza del pasado invierno.
Desde los 1956 metros de altura de La Nava iniciamos el descenso que, tras más de 15 kilómetros de bajada ininterrumpida, nos devuelven a las inmediaciones de la Charca Verde. Los frenos echan humo. Por extraño que parezca, casi se nos ha hecho larga la bajada. El regreso al asfalto nos recuerda los peligros que acechan al ciclista en forma de monovolumen a la vuelta de una curva cualquiera... Lo comentaremos mientras reponemos sales en una taberna de Manzanares. Menos mal que 'Mauricio Colmenero' hará que recuperemos la sonrisa. Estos 'pumas' son la leche...